martes, 27 de diciembre de 2011

La muerte del coronel Chaparro

La cruenta muerte del coronel Pablo Antonio Chaparro, Jefe del Resguardo de la Salina de Coche, al atardecer del 15 de septiembre de 1913, por una oleada humana enardecida, nos traslada al drama histórico de Lope de Vega, escrito hacia 1613, cuyo protagonista es el Comendador de Calatrava, Fernán Gómez de Guzmán, asesinado por los habitantes de Fuenteovejuna, cansados de su majadería tiránica. El Juez pesquisidor encargado de dar con los responsables del crimen, no consiguió otra respuesta que la siguiente: -¿Quién mató al Comendador? -Fuenteovejuna, Señor -,Y quién es Fuenteovejuna? -Todos a una.
Cuando el Juez Loreto Prieto Higuerey fue enterado del suceso, la respuesta de los indiciados fue más o menos parecida a la de los habitantes de Fuenteovejuna, menos la del Jefe Civil Jesús María Mass que narró los hechos de la siguiente manera: "El sábado seis del corriente como a las cuatro de la tarde, más o menos, estando en mi casa de habitación me mandó a llamar a la Jefatura Civil, mi Secretario Antonio Rafael Sifontes Marín. Fui inmediatamente         y encontré allí      al Coronel Pablo Antonio Chaparro, Jefe del Resguardo de la Salina, quien de orden del Administrador de la misma solicitaba apoyo de mi autoridad para practicar diligencias en la población' a fin de descubrir donde hubiese sal de procedencia ilegal. Yo puse a su disposición el único agente de policía que tiene este Municipio, ciudadano Severiano Díaz, y juntos salieron con aquél objeto.
"Luego, al cuarto de hora, regresó Chaparro a la Jefatura con el referido Policía. Yo estaba en el patio cuando llegó y me dijo que Miguel Narváez le había dicho que Casimiro le refirió que él, Chaparro, le imputaba haberse cogido unos sacos en la salina y que como él no había dicho tal cosa, esperaba que yo llamara a Narváez y a Casimiro para la consiguiente aclaratoria del asunto. Yo permanecí en el patio y Chaparro se dirigió al local del despacho. En seguida, aún en el patio, yo oí dentro del mismo Despacho la detonación de dos disparos de revólver.
Inmediatamente corrí a ver lo que ocurría y encontré en la calzada al Coronel Chaparro que disparaba su revólver contra un individuo que estaba tendido en el suelo y que identifiqué como Águedo Salazar,  quien le oí decir: "Cobarde, como me mataste".
              Entonces Chaparro corrió en dirección a la Salina y fue aprehendido por mi Secretario y el antedicho policía. Ya detenido Chaparro, llegó Manuel Salazar acompañado de otros individuos a quienes no conocí y se llevaron a Aguedo, pasado un cuarto de hora, más o menos, cuando ya yo había comunicado al Administrador de la Salina lo ocurrido, estando en la Jefatura el Jefe del Resguardo Marítimo, ciudadano Obdulio Pérez y un empleado de su dependencia.
          "Alrededor de la Jefatura y en actitud hostil se aglomeró un gran número de hombres armados, unos de machetes, otros de cuchillos, palos y piedras, y a pesar de los esfuerzos que hicimos para contenerlos, los hombres forzaron


 y rompieron a machetazos las puertas de la pieza donde estaba detenido Chaparro e invadieron ésta y todo el resto del local.
Solicitaron al detenido para matarlo según vociferaban con amenazas contra mi y
el Administrador de la Salina que aún no estaba presente, si no se lo entregaban. Chaparro logró salir y ya en la calle, en medio de la multitud y como a seis metros más o menos de la Jefatura, cayó al suelo y allí fue muerto por aquellos individuos, quienes lo asesinaron causándole heridas de toda naturaleza y en distintas partes del cuerpo.
     "Entre los amotinados contra el Coronel  P. A. Chaparro conocí a Nicasio Marval, quien capitaneaba el motín y azuzaba a los individuos al delito; Pedro Manuel Salazar, Victoriano Carreño, Joaquín Quijada, Felipe Serrano (Cundo), Rufino Serrano, José Requena, Clemente Frontado, Basilio Quijada (Chilo), Presente Salazar, Severiano Marval y Manuel Salazar, hermano del expresado Aguedo Salazar.
      "Una vez que se retiró la gente de las inmediaciones de la sede de la Jefatura Civil, procedí junto con el Administrador e Interventor de la Salina, General F. Salvario Briceño y Coronel Manuel M. Briceño, quienes llegaron después de consumados los hechos, al levantamiento del cadáver de Chaparro, para cuyo reconocimiento llamamos al doctor Rafael Basberni y al señor Telésforo Larez. El cadáver de Chaparro fue sepultado a las dos de la madrugada siguiente y el de Aquedo Salazar, a las siete de la mañana.".
Y

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