lunes, 19 de noviembre de 2018

"ESTAMPAS DE ESPAÑA" DE SYLVIA CONSTANTINIDIS

ESTRENO SINFÓNICO EN PARIS 






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Estimado Señor 
Américo Fernández
Blog "Coche a la Vista"

Reciba un cordial saludo, en la oportunidad de remitirle la actividad reciente de Sylvia Constantinidis, aprovechando nuevamente su prestigiosa plataforma comunicacional, a través de una Nota de Prensa de esta pianista y compositora venezolana, oriunda del Estado Nueva Esparta, radicada en Miami, que transcribo al final del texto, en caso que tenga a bien publicarla.

Agradeciendo una vez más que su prestigioso medio ha tenido la deferencia de dar a conocer la participación de esta venezolana de raíces hispanas
, en otros conciertos de relevancia internacional, quedo a la espera de 
su amable
 colaboración.

Asimismo, le remito foto reciente de la artista junto con Christian Wenzel y le indico el enlace de su Canal en YouTube, donde se aprecia la trayectoria artística de Sylvia y otras actividades recientes.

Canal YouTube de Sylvia:

Atenta a sus comentarios y/o sugerencias, quedo de Usted

Atentamente,

Por GUINIMA GROUP

Oficina de Relaciones Públicas, Sección Latinoamérica
Carmen Luisa Gutiérrez Ramos
Coordinadora

WhatsApp/SMS
+58 416 6078919
Email alternativo: clgutierrez@usb.ve


*** N O T A   D E P R E N S A ***

Estreno Sinfónico en París: "Estampas de España" de Sylvia Constantinidis 🎶

Y es que Sylvia Constantidinis vuelve a enaltecer nuestra venezolanidad cuando el sábado 3 de noviembre, en la Salle Colonne de París, Francia, la pianista, compositora y productora venezolana, oriunda del Estado Nueva Esparta, se presentó como solista junto a la orquesta de cámara Newartmusic Euroamerican Sinfonieta dirigida por el maestro alemán Christian Wenzel.


En la cita, como parte importante del repertorio, fue interpretada Estampas de España, escrita por esta incansable artista orgullo de Venezuela y del Edo. Nueva Esparta. El concierto contó con la canadiense Evelyn Strobach y el venezolano Pedro Bernárdez como artistas residentes.

En relación a "Estampas de España", Constantinidis la describe como “una obra nacionalista basada en elementos musicales del folklore español. Reminiscencias de la malagueña y la seguidilla española se hacen presentes en el primer y tercer movimientos de la suite, mientras que el segundo movimiento es un adagio en estilo recitativo inspirado en el flamenco español”.

El programa también incluyó “Come Heavy Sleep” de John Dowland, “Fünf Orchestra Stucke”, “Tango” y “Sardonic Dance” de Christian Wenzel, quien es el director musical y gran amigo de Constantinidis. Además: “Aurora Borealis” de Evelyn Strobach, “A Pear” de Pedro Bernárdez y “American Tableaux” de Ryan Harke, quien es uno de los alumnos de composición más avanzados de la venezolana.

Ryan Harke manifestó:
“Me siento muy honrado de ser parte de este evento y de trabajar con Silvia y todos los músicos de la orquesta Newart Music. Es una oportunidad increíble y tengo mucha suerte de ser incluido. La pieza que escribí se titula American Tableaux. Creo que es un reflejo de mi complicada relación con mi país de origen, los Estados Unidos. Utilizo muchas técnicas compositivas americanas tradicionales, y creo que gran parte de mi inspiración proviene de la música estadounidense tradicional, como ragtime y jazz. Es muy parecida a mí país: a veces puede ser desconcertante y atonal, pero hay una fuerte antorcha melódica que se transmite por todas partes. Hay fanfarria y secciones más sutiles. Es un reflejo de esta identidad multifacética”.

Por otro lado, Bernárdez expresó: "Me parece que Sylvia está desarrollando una carrera excelente, es una creadora prolífica y dedicada; como promotora está impulsando iniciativas muy interesantes y útiles para el desarrollo de la música contemporánea”, expresó Bernárdez sobre la importancia del trabajo de su compatriota Sylvia Constantinidis.

Asimismo, el venezolano Pedro Bernárdez Sarria, comentó en torno a su obra, titulada A Pear: “fue un prototipo para probar un sistema de transliteración que inventé. Si uno entiende el sistema y escucha con atención se dará cuenta que la obra esconde un texto, un poema que escribí para la ocasión, que es completamente descifrable letra por letra, como experimento fue un éxito total.
Agradezco a Sylvia la invitación porque fue una oportunidad de dar a conocer mi música en Europa, donde es menos conocida que en América”.

Por otra parte, Evelyn Stroobach destacó "Estoy encantada con la invitación de la Maestra Sylvia Constantinidis, quien dirigió anteriormente mi trabajo orquestal Aurora Borealis en la Basílica de Martelago en Venecia, Italia. Me siento honrada de tener mi trabajo incluido en este importante concierto en el que participan compositores de América y Europa. La música, la más abstracta de todas las artes, tiene la capacidad única de transformar los sentimientos e ideas de un artista en un poderoso fenómeno cultural. Como compositora canadiense, estoy ansiosa por compartir la cultura de Canadá con audiencias de otros países”.

Otra entrega de amor, pasión y venezolanidad que Sylvia Constantinidis hace a través de su arte...
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para mí
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Favor confirmar recepción...
Y es que Sylvia Constantidinis vuelve a enaltecer nuestra venezolanidad cuando el sábado 3 de noviembre, en la Salle Colonne de París, Francia, la pianista, compositora y productora venezolana, oriunda del Estado Nueva Esparta, se presentó como solista junto a la orquesta de cámara NewArtMusic Euroamerican Sinfonieta dirigida por el maestro alemán Christian Wenzel.
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sábado, 13 de octubre de 2018

VICTOR SALAZAR

EL NACIONAL MARZO 1974






En una Casa de Vecindad Vive su Soledad Aplastante
el Premio Latinoamericano de Poesía

·                 Víctor Solazar, autor de "Y ese Tropel de Luces y otros nueve libros, lucha por rescatarse a sí mismo
* Ha logrado descubrirse al romper con el ente racional, dice
Después de ocho años fue despedido
de la Administración Pública, sin previo aviso y sin pago de prestaciones

"'Mi soledad está poblada de fantasmas de la infancia".

Texto de Rafael Arteaga.


El Premio Latinoamericano de Poesía, Víctor Salazar, vive su soledad habitada de re­cuerdos en una desvencijada casa de vecindad de La Pasto­ra.
En tan inhóspito ambiente el laureado autor habla de su último libro, "Y Ese Tropel de Luces", que mereció la honrosa distinción. Pero ad­vierte que se ha hecho el pro­pósito de rescatarse a sí mis­mo, no tanto por él, sino por sus amigos, por quienes creen en él.
"En principio, te diría que éste es un libro al que yo quiero mucho. Un libro que comenzó a nacer despacio, con algo de premura a ratos, pero siempre en la medida en que mis fantasmas se me apa­recían".
En efecto, su conversación infinita está llena de fantas­mas. Se le ataron en la isla dé Coche, desde su nacimiento. Todavía lo asaltan en el cuar­to que oscurece a fuerza de cerrar puertas y ventanas. Es­tán presentes en la llorona, en el descabezado que a la me­dianoche se aparecía en el pueblo. Están presentes en "los chinamos". Estos últimos son duendecillos. Muchachitos que murieron sin ser bautiza­dos. Pero Leandro es el alma del libro. Incluso proporcionó su título. Sucedió así: "Lean­dro llegaba a la bodega de mi abuela y se alejaba con algo que ella le daba: un poco de casabe, de papelón o de coco. A Leandro, mucho tiempo después, lo enterraron entre un tropel de luces. El tropel de luces provenía de las lám­paras de kerosén y de las pe­queñas velas. Como en el pue­blo no existía luz eléctrica, se me ocurrió que a Leandro lo enterraban entre un tropel de luces".
La voz cambia en el re­cuerdo de Leandro. "El está muerto, es cierto, pero me le­gó una herencia: ese acercarse hasta las cosas simples y con­vencer  de quo el mar muy bien nos puede devolver un mundo menos trágico. Un mundo donde el hombre se apegue menos a lo perecede­ro
La figura de poeta larga y huesuda,  se desvanece en el cuartucho oscurecido porque él se afana en cerrar postigos y puertas. Pero resulta inútil. El ruido de los otros morado­res se cuela inevitablemente. La guitarra eléctrica, el llanto de un niño, el regaño de la madre. Todo converge en la estrechez de las paredes verdosas. Huele a orines y jabón de lavar. Siempre huele a ja­bón de lavar. Y Víctor se enconcha en el túnel volunta­rio. Lo hace para poder gritar en las cosas que escribe.
Sostiene que, en todo caso, "Y ese Tropel de Luces" dice del ahogamiento en las ciuda­des, de esos cuartos de hoteles  y pensiones miserables en que le ha tocado vivir.
Actualmente paga 150 bolivares al mes por la pieza que ocupa. Con sus entradas como transcriptor de discursos y conferencias cubre sus pro­pios gastos y atiende a las necesidades de su madre y sus hermanos menores. Ellos vi­ven en una casita pastoreña, más arriba. Víctor Salazar trabajó en el Inciba hasta el año pasado. Fue despedido sin previo aviso y sin pagarle sus prestaciones. Ocho años estu­vo en la Administración Pú­blica, y sin embargo, no fue alcanzado por la protección de la Ley de Carrera Administra­tiva. Otros que ingresaron después, que apenas comenza­ban cuando él salía, ya portan su carnet y están en el engra­naje. Todo eso le duele. Le duele y lo dice.
Hasta ahora, el autor ha pu­blicado diez libros "Piragua", en 1960, "Sequia de Las Palabras· en 1961, “Semejante al Principio", .1945; Éste, su ter­cer libro, obtuvo el primer premio del Concurso de Poe­sía de la Universidad del Zu­lia. Después siguió "El Deste­rrado", en 1965, el cual se ini­cia con un poema muy breve "En cada uno de nosotros hay siempre un desterrado.

hacia adentro, hacia afuera". Se refiere a la presencia del hombre en la ciudad sin calles para descarrilar el sufrimien­to. También es el ahogamiento de los hoteles miserables y grises. En 1965 publicó "Una Elegía para Rosalba". En 1967 "Cartas de la Calle Victoria". El 69 cerró con "Rebelde y Cotidiano". Un poco después "Ailieec", nombre de estrate­gia para disimular su infideli­dad ante la amada. "Lo Ante­rior", selección hecha por Monte Ávila, precedió a "Y Ese Tropel de Luces", Premio Latinoamericano de Poesía.
Víctor Salazar escribió su primer poema a escondidas, encerrado en el baño. Temía que su padre lo descubriera en tales actividades, pues el hombre dudaba de la virilidad de los poetas. Coche era una isla sedienta y oscura. La abuela de Víctor era una de las pocas personas que tenían recursos para fabricar un gran tanque y recoger allí, mediante canales, el agua de lluvia, eran escasos los chaparrones, Casi milagrosos. Cuando el tanque se reple- taba, la gente venía desde muy lejos a llenar sus va­sijas. Una vez, la sequía pa­rió un pueblo: El Secreto. Ese año no había llovido y la gen­te se desesperaba. La gente se moría de sed y los más an­gustiados trataron de beber agua de mar y se desollaron por dentro. Entonces un bu­rro comenzó a hundir sus pe­zuñas en la tierra seca. El bu­rro escarbó y escarbó hasta que, sorpresivamente, un débil manantial aguachinó el lugar. La sed fue aplacada y allí na­ció "El Secreto". Las noches eran negras, alumbradas apenas por las seis lámparas de kerosén que colocaban 'en las principales esquinas. La luz amarillenta agonizaba hasta las diez. Después, sólo el si­lencio.
De niño, el poeta se sentaba frente al mar y lo miraba. Nunca aprendió a nadar. Aun­que suele consolarse en el he­cho de la mujer que habiendo nacido en Coche, nunca cono­ció el mar.
El recuerdo de la abuela y su pulpería aflora continua­mente. La abuela vivía preocu­pada por la muerte. No de­seaba causarle molestias a na­die y se hizo construir su ur­na con el único carpintero del pueblo. Pero la abuela era du­ra y muchos otros murieron antes que ella. Y cada vez, le solicitaban prestada su urna negra y sencilla. Luego se la pagaban con otra caja cuando el carpintero podía hacerla. Así enterraron a medio Coche. Pero cuando la abuela murió, no tenía su urna, pues dos días antes la había prestado para que enterraran al carpin­tero. Entonces los familiares se vieron en la necesidad de ir por otra urna a Margarita.
En la estrechez intencionada de su cuarto el poeta vive una soledad habitada por sus re­cuerdos de la infancia. Eso lo sostiene y él lo sabe. Si su so­ledad no estuviese poblada,- él no podría resistirlo. Juan Lis-cano ha dicho de él que "qui­zá más una suerte de ética existencialista que una estéti­ca del lenguaje, y ese despo­jamiento, esa autoacusación, pueden constituir el punto de partida hacia una liberación que revele la quiebra del ente racional y de la multiplicidad, o bien de alguna manera inu­sitada de estar en paz consigo mismo y con el mundo".
El poeta lo admite. Es cierto, Yo jamás he procurado una estética del lenguaje. Mi problema ha sido un rompi­miento con el ente racional y descubrirme, hallarme, decir que la poesía no está en lo que se piensa, sino en lo que se dice".
. Y hasta pudiera ser, como el mismo Víctor dice en verso tan grande y verdadero como el mundo:  “¡Serás, muerte, la última conjunción de tanto cielo!”.




lunes, 28 de mayo de 2018

Formación de la Isla de Coche


La formación de la Isla de Coche habría ocurrido  durante le época del Mioceno Superior, según demostraron a través de un estudio de campo, el doctor J. N. Perfetti y los estudiantes Jesús Rivas y Andrés Flores, de la Escuela de Geología y Minas del Núcleo Bolívar de la Universidad de Oriente (UDO).  Ellos realizaron estudios petromineralógicos y micropalenteológicos y lo determinaron, echando así por tierra lo que dice la Cartografía geológica oficial.
       La excursión científica, muy similar a la realizada con otros estudiantes a la Gran Sabana y distintos lugares venezolanos, se realizó a mediados de 1982 y los udistas contaron entonces para su trabajo de varios días con la colaboración generosa de Froilán Lunar, a quien los cochenses conocían como “Chilango”, famoso por sus lances y grandes trenes de pesquería.
       La época del Mioceno transcurrió hace 30 millones de años, período terciario de la Cenozoica, era  en la que tuvo lugar una brusca transición de la edad de los reptiles a la edad de los mamíferos, ya que desaparecieron los grandes dinosaurios y otros reptiles que habían dominado la vida durante el mesozoico.
       La cartografía geológica oficial afirma equivocadamente que la Isla de Coche fue formada más recientemente, es decir, hace 12 millones de años, época del pleistoceno del mismo período terciario.
       Los estudiantes encontraron protozoo del orden Foraminíferos en zona que hasta entonces (1980) eran conocidas como estériles.  El estudio de la microfauna vino después a corroborar la edad del material muestra extraído en varias zonas de la isla y procesadas luego en laboratorios especializados.
       Los investigadores establecieron en la Isla de Coche dos estaciones: la primera en un punto sur occidental a 300 metros del caserío El Bichar, en un acantilado a la orilla de la playa. Allí llegaron fácilmente tomando la carretera asfaltada de San Pedro-El Bichar.
La segunda, en un punto al sur-este,  tomando la carretera que va de El Bichar a Güinima, a 100 metros al este de El Amparo, en un acantilado a 6 metros de altura, siguiendo hasta la cota 60 por caminos de tierra..
Los tesistas udistas encontraron que el perfil de la Isla es poco pronunciado.  La costa norte-oeste de Coche presenta un largo acantilado con una altura promedio de 20 metros, formados principalmente por conglomerados polimícticos  de grano grueso, con intercalaciones menores de arena y arcilla.  Únicamente en el extremo Sur-Este, afloran rocas metamórficas  en la costa.  El terreno de esta isla presenta  pequeñas lomas redondeadas  con elevaciones cercanas a los 70 metros, cubiertas por cascajo suelto  derivado de los conglomerados mencionados;  solamente en el extremo occidental de la isla, donde se encuentran las salinas, se conocen depósitos recientes  que forman la planicie costera.
Desde el punto de vista litológico, la formación está constituida aproximadamente iguales de arcillas, areniscas y conglomerados mal escogidos.  Las arcillas cuando son frescas son de color gris o azul y meteorizan con colores abigarrados que en muchos casos le dan un aspecto moteado.  Generalmente las arcillas son arenosas y contienen guijas o guijarros de diversas rocas y cuarzos; localmente son carbonadas.  Las areniscas son de grano grueso y  fino, con un cemento arcilloso.  La roca fresca es de color gris o marrón claro, pero meteoriza con colores amarillo o  rojo.  Los conglomerados se componen predominantemente de guijarros, peñas y peñones sub angulares o sub redondeados en los que predominan las rocas ígneas y metamórficas, areniscas y cuarzos.  Tanto los conglomerados, como las areniscas, son típicamente ferruginosos. 

Coche ante los ojos de Colón

Cuando Cristóbal Colón pasó por las costas de  Coche el 14 de agosto de 1498, la isla estaba completamente despoblada. Era tierra virgen y circundada por lechos de importantes ostrales que se extendían hasta su vecina Cubagua, territorialmente más pequeña, pero más cercana a la costa firme.
Navegantes posteriores, a partir de 1502, atraído por los ostrales exploraron más la isla y lo que más llamó la atención fue la cantidad de conchas de moluscos marinos que cubrían sus extensas playas y de allí seguramente provino el nombre.

El Nombre de Coche
No creo como se ha venido diciendo que el nombre de la Isla de Coche significa “venado”.  He indagado y no encuentro la raíz del nombre ni siquiera en lengua Guaiquerí ni menos en castellano. Creo más bien que Coche tiene que ver con concha, pues de concha de moluscos ha debido estar invadidas las playas de la isla para los años de 1.500 cuando comienzan a dar cuenta de su existencia.
Cubagua si es nombre de lengua indígena como lo es Guamache, Guayana y Guanta, vocablos presididos por la partícula o prefijo “Gua”  que significa dominio, posesión, protección, algo asi como nuestro hogar a decir de Lino –Duarte Level.
Margarita no es nombre de lengua indígena sino castellana de la raíz griega ”Margarites” que significa Perla, de manera que el nombre de esta isla corresponde a lo que en esencia era en los tiempos de la conquista y la colonia “la isla de las perlas”.  Al fin y al cabo las tres islas, Margarita, Coche y Cubagua, estuvieron  los primeros tiempos asociadas con la Perla. “Concha  de Perla” es expresión común  de sus moradores al referirse a la cubierta o caparazón de los moluscos marino como la  ostra y el caracol  Es lógico pensar que el sustantivo Coche  proviene de concha o  Conch  como le dicen tantos ingleses como franceses.
Es de suponerse que las playas de Coche, más antes que ahora, estuvieron cubiertas de Conchas de los moluscos marinos, después por la intensa explotación de la madre perla y antes por los “rebosos” que llevan los moluscos marinos hasta la playa y allí mueren acribillados por los rayos solares..

Lo primero que vieron los conquistadores fueron las playas cubiertas de conchas y de allí deriva seguramente el nombre que vemos en le primera Cédula Real a favor del Veedor Juan López de Archuleta, “una isleta pequeña que se dize Conche”.
Lo cierto es que quedó para siempre bautizada "Isla de Coche" que oteaban con ansiosa curiosidad aventureros que entonces habitaban Cubagua viviendo bajo toldos y cubiertas improvisadas.  Para 1525 todavía Cubagua era una simple aldea que se abastecía de agua a través de barriles transportados desde el río Manzanares de Cumaná y para cocinar traían leña de la isla de Margarita. Al año siguiente, el Rey Carlos Primero de España, la oficializó como Villa (Villa Santiago de Cubagua) con sus respectivo Cabildo y Regidores y en 1528 ciudad con el nombre de Nueva Cádiz, la primera fundada por los colonizadores hispanos.
    
    Intentos de poblamiento

    Entre las primera autoridades de Cubagua estaba un Veedor de nombre Juan López de Archuleta que como buen veedor marino que era había explorado la vecina Isla de Coche y se interesó por ella hasta el punto de escribirle al Rey solicitándola en calidad de Encomienda y el 28 de julio de 1526, conforme a Cédula despachada en Granada, España, el Rey Carlos Primero manda a sus Oidores en la audiencia de Indias en Santo Domingo, examinar la conveniencia de entregar la Isla de Coche, en calidad de encomienda, al marino y veedor de la Isla de Cubagua, Juan López de Archuleta, para que se establezca con su mujer y tenga en ella ganado, labranzas y otras granjerías.
Aunque el enjundioso Cronista de Margarita, jesús Manuel Subero, quien escribió un libro muy completo sobre Coche, da por descontado que el primer poblador de Coche fue Juan López de Archuleta en calidad de Encomendero,. aparte de la Cédula emitida por el Rey, no existe otra documentalmente o aseveración más concreta y explícita,, creemos más bien que el verdadero iniciador del poblamiento fue el denodado navegante y pescador Pedro Gonzá­lez de Albornoz, quien con gentes y bajeles propios, navegó las cos­tas de Margarita y tierra firme en búsqueda de ostrales. Fue entonces, en recorrido por  contornos de la isla de Coche que descubrió la inmensa riqueza perlífera de que podía ser codicia la Isla y, atraído por ella, decidió radicarse en ella y siguiendo sus pasos y descubrimientos llegaron numerosos moradores de Cubagua hasta el punto de asignarle Aguasil y es así que por Real Cédula del 21 de junio de 1529, Hernando Carmona fue designado Alguacil mayor de la Isla.  Para la fecha se habían descubierto ricos ostrales que atrajeron a casi todos los habitantes de Cubagua.  Desde entonces la isla fue adquiriendo relieve en la geografía económica de la provincia y estuvo durante mucho tiempo asediada por los filibusteros ingleses que la saquearon repetidas veces. 

La Isla asediada por Filibusteros

En 1600 y 1601 atacaron a Coche filibusteros ingleses al mando de  Guillermo Parker, siendo defendidos los os­trales, por el gobernador de Nueva Andalucía, Diego Suá­rez de Amaya. Para esta época la isla de Coche era utiliza­da apenas como una estación temporánea de pesca por los ve­cinos de Cumaná. Después la actividad va reduciéndose has­ta quedar casi abandonada cuando el viaje de Humboldt. 

Humboldt en Coche

            La mañana del 15 de julio de 1799 cuando el indio guaiquerí Carlos del Pino iba de patrón en su piragua con varios de su raza a buscar madera de construcción en los bosques de cedro que se extiende desde el Cabo de San José hasta más allá de la desembocadura del río Carúpano, sin más bastimento que cocos y pescado frescos, observó que un barco español fondeaba cerca de la Isla de Coche, izaba el estandarte de Castilla y lanzaba cañonazos.
            Temeroso y sin saber de qué se trataba, en vez de huir como lo hacían otras piraguas, Carlos del Pino puso proa hacia la corbeta.
            Era el “Pizarro” donde viajaban hacía 40 días, desde el puerto de la Coruña en España, los naturalistas Alejandro de Humboldt y Bonpland, a los cuales le llamó la atención aquella pequeña isla baja con médanos enclavados, aparentemente deshabitada y llena de cactus cilíndricos, semejantes a candelabros.
            Como las sondas habían indicado poca profundidad, no desembarcaron sino  que escudriñaron  la isla a través del catalejo. Así que luego de varias horas levaron anclas y navegaron hacia el Oeste, rumbo a Cumaná. A bordo iba el indio Carlos del Pino. Había abandonado a sus compañeros para desde las jarcias de una corbeta realizar el sueño de ver el horizonte verde donde quedaría para siempre.
            En el trayecto el indio entretenía a Humboldt y a Bonpland con relatos de su tierra. De esta manera se enteraron de que a pocas millas de la costa existía una faja de tierra montuosa y fría, habitada por españoles y de que en las llanuras viven dos especies de cocodrilos así como boas, anguilas eléctricas y varias especies de jaguares. Humboldt comenzó a despertar su extraordinaria curiosidad por las maravillas del país que comenzaba a visitar.
            Le inspiró el indio tanta confianza y sabiduría que se lo llevó consigo de ayudante por todo su recorrido recolectando plantas y animales, estudiando y analizando el calor, el contenido magnético y eléctrico de la atmósfera, determinando longitudes y latitudes geográficas, midiendo montañas e investigando al fin todo el poder viviente de la naturaleza.
            Para todo venía muy bien, en una u otra tarea, el indio Carlos del Pino que de lobo de mar se veía de pronto convertido en alumno de la ciencia. Acostumbrado al viento franco y a la inmensidad del mar, le parecía muy poca cosa aquellos ríos, sin embargo, experimentaba cierto sobrecogimiento por las selvas presintiendo como mal augurio que sería al fin atrapado por ella.
            Por eso, luego de varios meses de recorrido, quería dejar atrás el Apure, el Orinoco, el Atabapo, Río Negro y el Casiquiare para retornar pronto al mar con los suyos, pero tal como lo presentía, llegando a la Angostura del Orinoco, la malaria comenzó a minar su cuerpo y la miel mezclada con extractos de quina no pudo, como a Humboldt y Bonpland, salvarle la vida. Murió a los ocho días de haber llegado a aquel puerto fluvial de la colonia gobernado por don Felipe Inciarte. De Carlos del Pino nunca más se supo en la tierra de los guaikeríes. Se quedó para siempre sembrado en Angostura el indio que renunció al mar para descubrir  el horizonte insondable de la selva.

En tiempos de la Independencia

En tiempos de la lucha por la Independencia los habitantes de la Isla de Coche estuvieron al lado de los patriotas y algunos de los buques hundidos en sus costas fueron buceados para aprovechar los cañones que Juan Bautista Arismendi y Francisco Esteban Gómez emplearon contra los españoles.
El historiador Francisco Javier Yánez habla del furor de los españoles contra la indefensa isla:  “Las goletas  “Gabazo”, “Pellejo” y la “Vengadora” mandadas por Samarro, no solo hostilizaban la isla y destruían el comercio de la Costa Firme, sino que quemaron las casas y chinchorros (de pesca) que habían en la Isla de Coche y derribaron los cocales de aquella isla.  En ella Morillo concentró en julio de 1817 todas sus tropas, corbetas, bergantines y flecheras antes de incursionar contra Margarita par ser derrotado en la Batalla de Matasiete.

Política territorial

        La Isla de San Pedro de Coche fue la capital del Territorio Federal Colón que comprendía todas las islas del Mar Caribe pertenecientes a Venezuela, con excepción de Margarita.  Dentro de ese status la gobernaron el Dr. Contreras Troconis, Manuel A. Medina y el general Arístides Fondeo.  Por decreto de Cipriano Castro  la Isla de Coche fue anexada en 1907 a la Isla d e Margarita Sección Oriental del Distrito Federal y finalmente junto con Cubagua y Margarita pasó a constituir el Estado Nueva Esparta.
Un informe de 16 de septiembre de 1834 suscrito por Manuel Maneiro y otro de 1838 firmado por Policarpo Mata, comunican al Secretario del Interior y Justicia, la ne­cesidad de desalojar del islote la población flotante allí radi­cada por ser imposible el sostenimiento de la misma a causa de la extrema pobreza de la tierra. Para este año la pobla­ción de Coche alcanzaba a 1300 personas, de las cuales alre­dedor de 300 se dedicaban al contrabando.
Sin embargo en 1941, Coche contaba con más de 2000 habitantes no presentaba aquel problema de la incapacidad de una determinada zona para albergar y sostener la pobla­ción que vegetaba en ella.

                    Aspecto Físico de la Isla

La isla de Coche está situada al sur de la isla de Margarita al extremo norte de la costa oriental de Venezuela, y está limitada por todas partes por el Mar Caribe.
Abarca una extensión aproximada de 11 kilómetros de longitud o sea de Este a Oeste; y 51/2 kilómetros de ancho o sea de Norte a Sur. En kilómetros cuadrados ocupa una superficie de 60,5, siendo su densidad de 82,64 habitantes por K ms. 2.
El litoral o costa de la Isla está bañada por el reman­so de unas aguas pacíficas, con excepción de la parte Norte donde la ola es agitada e impetuosa debido a la brisa fuerte y constante que la azota. Las costas son bajas, arenosas y llenas de arrecifes que se cubren al subir la marea, con frecuen­cia en los meses de Octubre y Noviembre.   La isla psee siete pequeños puertos, una ensenada y muchos lugares de anclaje. Entre los puertos existentes podemos mencionar: San Pedro, el principal, al Oeste de la Isla en una extensión considerable comprendido entre dos puntas; La Sa­lina, puerto particular de vapores al embarque de sal; El Car­dón, Bichar, Güinima, El Amparo y Guamache. 
En la parte Sur de la Isla, hacia un extremo del case­río Bichar, se halla la ensenada o saco principal de la Isla. Lu­gar propio para la limpieza de las embarcaciones y el baño de los vivientes cercanos. Es baja de aguas tranquilas, abundante en moluscos y peces peque­ños. Bandadas de gaviotas surcan constantemente la orilla cu­bierta de plantas marinas.
Posee cuatro puntas, con avanzada proporción conside­rable, tales son en orden de importancia: Punta Playa, Pun­ta Conejo, Punta Botón y Punta Flamenco.
La isla de Coche está constituida físicamente por elevaciones pedregosas que no pasan de 300 metros; siendo el cerro denominado La Bandera el más ele­vado. Es árida y notablemente serófila predominando varias especies de cactus,el yaque, prosopis juli­flora; la tuna, Opuntia Wentiana; el cardón, Lemaireocereus griceus; el guamacho, Pereskia guamacho. Las largas y onduladas colinas,  presentan un color rojiamarillo, debido a la calcinación del sol, y en gran par­te cubiertas con una vegetación baja de arbustos y árboles, generalmente selvas secundarias

miércoles, 28 de marzo de 2018

Mii Abuelo era Marino de los Siete Mares



Mi abuelo materno, José de la Cruz Tillero, era marino de los Siete Mares.  Es decir, en esos barcos mercantes donde prestó servicio tuvo la suerte de navegar desde el Pacífico hasta el Índico. Y es más, conoció en ese oficio de alta marinería la Cruz del Sur que es la constelación más famosa del hemisferio Sur y sirve  como una brújula. Es una constelación tan importante que varios países la llevan en sus banderas.
Tan especial era mi abuelo que como buen marinero, en cada puerto dejaban un  amor. Por eso, quizás, el poeta chileno Pablo Neruda 

amaba el amor de lo marinero:  “Amo el amor de los marineros que besan y se van.

Amor que puede ser eterno y puede ser fugaz.
En cada puerto una mujer espera;
los marineros besan y se van”.

José de la Cruz Tillero nació en Pampatar y falleció en Puerto Rico a la edad de 80 años.  Era marino y como buen marino al fin, tuvo hijo en Coche, Ciudad Bolívar, Nueva York y Puerto Rico.
Hijos en la Isla de Coche: Rosa, Victoria, Juanita y Evangelia.
Hija en Ciudad Bolívar: María de Lourdes
Hija en Nueva York: Carmen Marín Tillero
Hijos en Puerto Rico  en unión con Fidela  de Jesús Atalaya Castaño: Carmen Mercedes y José del Carmen (Dirección Calle Caparra No. 4)(AF)