En Guayana estamos y Guayana es vecina del Brasil, lo que facilita la rapidez de la información entre uno y otro lugar. Por supuesto, no todas las veces, pero esta vez y en el caso que abordo, la información ha llegado a tiempo de poder lanzar un alerta de prevención. Prevenir que la sardina caiga "en pico de zamuro", como suele decirse metafóricamente en buen criollo.
Pues de la sardina se trata. Ese diminuto pez tan parecido al arenque y que puebla casi todos los mares del mundo, constituye hoy por hoy una de las proteínas de mayor demanda, tanto por lo sabrosa como por lo barata en cualquiera de sus formas. En Coche creo que la tonelada, del chinchorro a los barcos sardineros, cuesta Bs 6.000,00, es decir, Bs. 6 el
Kilogramo. En tierra debe ser más. Por Ejemplo, en Ciudad Bolívar, por un kilo de sardinas se paga 40 bolívares y en lata (conserva), Bs. 8 por unidad. Como vemos, todavía es válida la famosa cuña radio-televisiva !coman sardina! del humorista Claudio Nazoa.
Pero esta cuña podría no ser válida en el futuro si se concreta, como está planteado, un convenio que permitiría al Brasil penetrar los mares venezolanos, especialmente los que circundan a Margarita y Coche, para poner en práctica sus depredadores métodos de pesca de la sardina.
En el vecino Brasil, el país más grande de la América del Sur y con una población de 150 millones de habitantes, la sardina tiene gran demanda y ella ha sido satisfecha por muchos años hasta el punto de ir por la especie a otros mares como los de África y Marruecos.
El Brasil ha tenido que ir a otros mares porque la sardina de sus costas está agotada a causa de una pesca industrial irracional e indiscriminada.
La pesca en Brasil se realiza con trenes de argolla de cerco que permite la captura de forma indiscriminada por-otro lado, se han hecho construcciones a nivel del litoral similar a las que se pretendían en el Morro de Porlamar, que han alterado el ciclo biológico de la especie, aparte de que la pesca de arrastre autorizada ha venido arruinando el hábitat. Todos estos factores han determinado la escasez de la sardina en las costas brasileras, por lo que quienes la explotan, no de manera artesanal como en Venezuela sino con tecnologías industrialmente agresivas, tienen en la mira las costas venezolanas donde los stocks sardineros están al día y en perfecta concordancia con un sistema, la pesca artesanal,
realmente conservacionista.
realmente conservacionista.
Sabemos que el Gobierno de Caldera, y su reciente visita al vecino país lo confirma, viene activando convenios que apuntan hacia unas relaciones comerciales de mayor envergadura, lo cual no está mal, sobre todo ahora que pasamos por una crisis terriblemente dramática, pero en el caso de permitir en aras de tales relaciones que los brasileros vengan a nuestras costas con sus redes de argolla de cerco y sus barcos factoría a cargar en bruto la sardina hacia sus predios industriales sin dejarnos ni siquiera la escama, es previsión que nos angustia porque sabemos ya de las angustias de los pescadores de Margarita y Coche que sobreviven gracias a la sardina, luego que la pesca de arrastre y otros sistemas acabaron con la ictiofauna marina.