domingo, 13 de marzo de 2016

El Trespuños


Sólo una vez, más por curiosidad emocional que por marinería, navegué a bordo de un trespuños y supe del bauprés, del foque, de la trinquetilla y del mástil o palo mayor y  de la botavara que sujetaba la vela  hinchada por la brisa.  Lo que nunca pude explicarme era cómo el trespuños podía navegar y picar las olas contra los fuertes alisios que venían de barlovento.  Al parecer en eso consistía la sabiduría del patrón.


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