viernes, 12 de mayo de 2017

El poeta Vicente Fuentes

Lorena Beightler ilorena@mac.com

2:00 (hace 6 horas)



para 

Hi Americo,

My name is Lorena Beightler.  My father is the natural son of Vicente Fuentes Figueroa 1898-1954.  I am trying to compile information about him for my ancestry tree.  Can you help?

Thanks,

Lorena


Respuesta:
VICENTE FUENTES
Cuentista destacado, Vicente Fuentes ha escrito poemas en los que con poderoso aliento interpreta la lucha con el mar, con la tierra y con la vida de su pueblo margariteño. Poeta sin retórica, es uno de los pocos que ha sentido en Venezuela el tema marítimo como una realidad viviente. Por sus versos pasa un soplo que recuerda a Kipling y a Whitman, cantores de la naturaleza y del combate humano".
En relación a Vicente Fuentes escribe Efraín Subero en su antología Poesía Margariteña. El testimonio de su hermano gemelo Ricardo en carta fechada en Porlamar el 19 de noviembre de 1960, nos expresa que/"Vicente Fuentes nació el 11 de noviembre de 1898, en la isla de Coche, en una aldea de pescadores llamada El Guamache".
Falleció en Caracas el 19 de marzo de 1954.
Repartió su vida entre el comercio, la política y las letras. Su obra de ficción la dio a conocer en Caracas, en las revistas que circularon por 1920.
"Después de vivir largos años entre los grupos literarios de la capital", dice Otto D'Sola que "volvió a su tierra nativa hacia 1930, dedicándose a actividades comerciales y guardando prolongado si­lencio literario".
En Margarita fue Secretario Privado del Presidente de Estado, 1936, y más tarde Presidente de la misma Entidad, 1943-1941'
La- obra cuentista y poética de Vicente Fuentes, que es uno de los valores sustanciales de la literatura margaritefía, permanece, hasta la fecha, dispersa".
El Ateneo de Margarita publicó en 1970 una "Selección de Poemas" de Vicente Fuentes, otro tanto hizo, con el mismo título, en 1974 la Casa de la Cultura "Mons. Dr. Nicolás Eugenio Navarro" de La Asunción.

CUANDO HAYA CAIDO LA NOCHE INMENSA
Vamos, compañeros, sobre la mar resonante. En la nueva alborada veremos extrañas costas, y porque nos anima un espíritu fuerte
cantaremos cuando haya caído la noche, cantaremos cuando haya caído la noche inmensa; y su invasión silenciosa es rauda— ¡muy rauda! y majestuosa como no lo es la del día.
Corre hacia todos los vientos del mundo y nos embarga con una grave inquietud: entonces, a proa o a popa,
pensamos en los distantes hogares,
en las mujeres y en los niños ausentes...
Cantaremos, oh compañeros,
nuestras canciones ignoradas
cuando haya caído la noche inmensa.
Desde la hora en que partimos
en las casas nuestras se hizo el silencio, y nuestras mujeres viven temerosas de tener malos pensamientos que descubra mañana, al regreso, el hombre rudo de pupila franca. Y en esta noche, y en otras noches, en los hogares arderán pequeñas luces, y se conversará dulcemente, con palabras puras,
porque el recuerdo del marinero distante está presente, en la penumbra, como una severa conciencia...
Cantaremos, oh compañeros, nuestras canciones ignoradas
cuando haya caído la noche inmensa.
El agua, el salitre,
el olor de las húmedas costas
que traen los vientos terrales nos dan sus caricias profundas, y la noche, la noche inmensa... Vamos hacia los puertos poblados de mástiles y de extrañas voces,
hacia aquellas mujeres frágiles que a menudo y sonriendo
dejamos llenas de angustia en los puertos... Cantaremos, oh compañeros, nuestras canciones ignoradas cuando haya caído la noche inmensa.
EL FUTURO EMIGRANTE
Sigue el ojo extasiado del instante
el apacible vuelo del ave costanera:
la figura angular hiende el espacio puro,
y su negro plumaje al bravo sol destella...
Súbito parte el vuelo, y en el cielo brillante se fija: es corno altivo emblema
de libertad y de serena audacia
al mirar que lo sigue por la distancia inmensa.
Traza círculos amplios. Pausadamente
va hundiéndose, feliz, en la azul transparencia, los aguzados remos tendidos e inmóviles...
El alma infantil sueño:   •
viaja por los países de la Tierra Feliz
de la cual, a menudo, llora la oscura ausencia.
Baja el niño los párpados
y su alma, como el ave marina, vuela, vuela...
EL TEJEDOR
Francisco, el pescador, junto el rancho que alumbran reflejos que despide el poniente incendiado, teje la blanca red y sus manos parecen
animadas de un genio dócil y delicado.
Al fresco de la noche, por la orilla desierta suele ir en silencio este hombre impasible descifrando el idioma de la viva marea y el útil misterio de la luna visible.
El adivina y calla lo que auguran los astros calmas y temporales y la pesca abundante... Y pausado retorna a la oscura vivienda
sin agobiarle el peso del secreto inquietante...
Suspende el tejedor la apacible tarea y fija en el ocaso la mirada rendida...
Resucito la escena de un fiero hombre de antaño leyendo fatal nueva en la hoguera encendida.
LAS ESTRELLAS
En el horizonte
hace horas que pausadamente
hundióse Venus esplendorosa y apacible.
Tendido en la playa
miro cintilar las estrellas.
Viven los espacios,
vibra el firmamento en un solo temblor.
La estrella Polar, las Cabrillas,
Orión, el ancho camino de Santiago...
La que orienta a los marineros
en el desierto de alta mar;
la que dice a los pescadores;
¡arriba! ¡arriba!
que ya me inclino hacia el poniente;
la que dice a los viajadores:
Es la hora. Sopla la fresca brisa
que alijera los caminos...
Y suenan las velas desplegadas
y las seguras voces que se van mar afuera
y las que van por los senderos olorosos.
Trazado el claro signo:
Convención entre almas y estrellas, iniciar cada hombre su faena
.Alguna vez
se oye una voz temblando:
cuando murió
andaban las Cabrillas por medio cielo... Viven, palpitan...
¡Qué infinita amargura,
hermanos de la isla,
a la disciplina de las estrellas
no puedo someter mi oscura vida!
NOCTURNO
En exploración nocturna ní dormido, ni despierto, me doy a pescar visiones en las riberas del sueño.
Vestigios espirituales
van a la deriva inmersos, perdidos en el abismo,
libres de espacio y de tiempo: Tímidas revelaciones. Señales frustradas, Ecos. Consignas para escalar el balcón de los secretos. Torres, solitarias torres, anegadas 'de silencio. Y ríos que no son ríos Y puertos que no son púertos...
Corro a las playas del alba con mi botín de misterio para fijar su sentido
bajo el más puro destello.
Oh, luz violenta, luz mala, sol, encantador perverso, mi tesoro has disipado;
no me quedan ni recuerdos.
Mis turbios o claros días no me duele, no perderlos ni la opulencia de Junio ni los diamantes de Enero. Ya no amo sino la noche, la noche de terciopelo.
Y aún más la noche infinita descargada de luceros cuya recóndita luz iluminará mis sueños.



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