martes, 19 de enero de 2021
DE LA ISLA DE COCHE A CIUDAD BOLÍVR
Angel María Rodríguez (Mallía) personaje pintoresco de la isla de Coche, murió en el timón del “San Rafael”, que henchido su velamen de trespuño viajaba cada quince días de Coche a Puerto La Cruz pasando por Cumaná, Cariaco y Santa Fe, a veces llegaba has Ciudad Bolívar, con pocas piedras de lastre, muchas arrobas de pescado seco y una que otra mara salpreso para los amigos y relacionados de cada puerto.
Mallía tenía siempre algo que dar además de su bendición de padrino y su inmenso corazón de marino a tiempo completo. Su barco era pequeño y por eso en la cubierta sólo había espacio para él; Salomón, su único marinero, y un perro ladrador que mantenía a raya de estribor a los pequeños nadadores asediantes del mango, el aguacate, el coco, el cambur y la caña dulce que el San Rafael traía de vuelta.
Los trespuños de Mallía, Chongoro y Jorge Fernández eran los que prácticamente aprovisionaban de frutos a la isla desde Costa Firme. Cuando los barcos zarpaban, la Playa de los Medios, donde anclaban, quedaba desolada, pero cuando desde la Piedra del Piache divisaban las velas de regreso, el puerto se volvía una fiesta y sí a Mallía le iba bien, libaba unas copas y compartía su alegría con los niños. Desde El Cardón hasta Valle Seco caminaba a paso forzado con una lata de caramelos debajo del brazo, respondiendo con frenesí a la algarada muchachera de “Picha Mallía / Más picha Mallía” mientras su compadre Justo Vásquez venía más atrás, a bordo de una cerreta, disparándole cohetes a las estrellas.(AF)
lunes, 4 de enero de 2021
EL PADRE AGUSTÍN, UNA LEYENDA EN MARGARITA
El Padre Agustín, pertenecía a la Orden de los Carmelitas, surgida alrededor del siglo XII cuando un grupo de ermitaños, inspirados en el profeta Elías, se retiró a vivir en el Monte Carmelo, considerado el jardín de Palestina donde, por cierto, estuve en 2012 junto con Lesbia Granadillo, Rosita Pérez Yépez y Riolama Fernández. Pero el Padre Agustín de quien fui su monaguillo permanente durante dos años, era muy de acá, del Siglo XX, puesto que nació en Gerona, Cataluña de España, el 5 de enero de 1899. Hoy estaría cumpliendo 132 años de vida tan longeva como imposible, pero falleció el 23 de diciembre de 1968 cuando yo era diputado a la Asamblea Legislativa del Estado Bolívar y Corresponsal del diario El Nacional. ¡Qué salto tan estupendo!
El nombre completo del sacerdote carmelita, siempre vestido con sotana marrón y sandalias, era Agustín María Costa Serra, ordenado el 17 de diciembre de 1921 y como tal se residenció en la isla de Margarita cuatro años después (1925) como párroco de San Juan Bautista, luego Párroco de Juangriego, Punta de Piedras y, finalmente titular de La Asunción. capital del Estado Nueva Esparta, durante 43 años.
Yo vivía en la misma Casa Parroquial frente a la Plaza Bolívar y el patio culminaba en la falda del cerro del Castillo Santa Rosa, en el cual estuvo presa la heroína Luisa Cáceres de Arismendi. y más atrás el Embalse de Guatamare que surtía de agua a La Asunción. Al final del patio estaba el Garaje donde guardaba su pequeño automóvil el Profesor Luis Pibernat, director del colegio Federal Francisco Esteban Gómez, donde estudié el cuarto grado con la maestra normalista Nuncia Villarroel, quien intuyó mi vocación de periodista, pues puso en mis manos el periódico mural del aula, al cual le puse el nombre de “Avance”.
La ama de llaves de la Casa Parroquial era María Luisa y mi tarea cotidiana era lavarle la copa donde el Padre todas las mañanas tomaba su Sal de fruta, regar las matas de espinacas, surtir de kerosene la Nevera, hacer las hostias con una maquinita y estudiar música y solfeo, además de servir de monaguillo en las misas y acompañar al Padre a cualquier hora de la noche para suministrarle la extrema unción algún enfermo moribundo. El Padre Agustín, amantes de los niños como San Juan Bosco, era muy estricto con la feligresía como bien lo afirma en Fedenotas El Sol de Margarita: “Para los fieles el velo en las damas, nada de descotes ni vestimentas no acordes, mangas para comulgar y el silencio absoluto durante la Santa Misa eran órdenes. El día de los fieles difuntos en el cementerio atentos al responso rezado o cantado. Hablar del Padre Agustín es hablar de las procesiones en La Asunción; el sermón del Padre Montaner el 15/08, solemnidad en Semana Santa y nada de playa, el cocotazo y regaño si hablabas durante la Santa Misa, en fin toda una leyenda. Está sepultado en el Altar de Nuestra Señora del Carmen en la Iglesia Catedral pero inicialmente fue sepultado en la nave central en frente al Altar Mayor” (AF)
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