Las brazadas e Melitón era sensacionales y un buen día se embarcó como marino de la balandra El Pacificador, pero ésta fue atrapada por furiosa tempestad de alta mar que la escoró nadie supo sino a los quince días de desaparecida cuando Melitón semidesnudo llegó a la playa del Cardón donde lo aguardaba una multitud que había divisado al velero y exclamó: “Aquí estamos, basta ya de llantos, velas y oraciones”.
martes, 24 de noviembre de 2015
jueves, 19 de noviembre de 2015
La morocota en el codaste
Una morocota sembrada en el codaste de popa augura buena fortuna en la aventura del mar. Si los ingleses hubieran sabido de este rito practicado en la Isla de Coche, posiblemente el Titanic habría corrido con la misma suerte del Pacificador en su debut.
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