martes, 30 de diciembre de 2014

Goyo Suárez, el calafateador


Goyo Suárez era excelente calafateador.  Cuando el  San Rafael hacía agua tras largo viaje, al llegar a tierra, Goyo le trataba las juntas de las tablas del casco y la cubierta con estopa y brea comprada en la casa del tuerto Juan Gil.     Y cuando en la bodega se agotaba la estopa, Goyo, quien tenía unos bigotes abultados,  apelaba a la estopa del  cocotero de Punta Botón. Desayunaba Goyo con una descomunal taza de majarete, visto lo cual, una mañana el travieso niño vecino le preguntó por qué consumía tanto majarete,  “Ni tanto, mijo, sólo la mitad porque la otra mitad se queda en los bigotes”.

lunes, 29 de diciembre de 2014

Alejandrito Coello


Alejandrito Coello vivía bajo la cúpula del cardonal chillando como un querrequere, pero sin dejar de ser un Señor de la Cábala, capaz de suponer e interpretar, sin nada saber ni comprender las esotéricas leyes del Talmud judaico, lo que estaba más allá del mar y del misterio.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

El apelativo del pasado

Teles de Mileto

Primitivamente el apelativo del ser humano era el nombre del lugar donde había nacido.  En la Isla de Coche, era el nombre de la mujer que lo parió. “Chucho Liboria” por ejemplo, era Jesús el hijo de Liboria. Tales de Mileto, era,  Tales, el filósofo y Mileto, ciudad antigua de Grecia

Chucho Liboria


Chucho Liboria, o sea, Jesús, el hijo de Liboria, era un moreno alto, delgado,  inteligente, de impresionante destreza.  Cargaba el maletín del  doctor Cooper, médico polaco de la Isla de Coche.  En sus ratos de ocio, solía jugar partidas en el Billar del Gordo Maneque Marval y era capaz de ganar haciendo 50 carambolas de manera ininterrumpida, algunas por tres bandas.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Las arepas de Roseliana


Roseliana era la mujer que hacía las arepas más solicitadas.  A mi padre le agradaban tanto las arepas de maíz pilado que terminó enamorado de Roseliana y con ella concibió a Saturnino que creció y murió hundido en el espejismo de la salineta donde solía recrear las imágenes de su fértil fantasía.



viernes, 5 de diciembre de 2014

La sed de Salomón


Salomón, el marinero del San Rafael, calmaba su sed de tanto viento y de tanto sol, usando una esponja empapada con la vaporizada agua de mar hervida. El pintor Mario Marcano decía que la idea se le había trasmitido por telepatía el sabio Aristóteles.



sábado, 15 de noviembre de 2014

POLO MARGARITEÑO


EL POLO MARGARITEÑO CANTADO POR LA BELLA LUCIANA MANCINI Y EJECUTADO POR EL GRUPO MUSICAL L´ÁRPEGGHIATA

https://www.youtube.com/watch?v=TjoFmpYJvmc 

viernes, 7 de noviembre de 2014

La sed de Salomón

Olas en barco y el vector de sol Foto de archivo - 20004989
Salomón, el marinero del San Rafael, calmaba su sed de tanto viento y de tanto sol, usando una esponja empapada con vaporizada agua de mar hirviente. El pintor Mario Marcano decía que la idea se le había trasmitido por telepatía el sabio Aristóteles.

La dulce y la amarga Agripina

Agripina, la de la isla de Coche, era muy dulce a pesar de su nombre que  los estudiantes asociaban con una de las mujeres más crueles de la historia, la madre de Nerón, palo de tal astilla.  Ambos muertos con el mismo hierro de sus crueldades.

Las arepas de Roseliana

Roseliana era la mujer que hacía las arepas más solicitadas de la Isla de San Pedro de Coche.  A mi padre le agradan tanto las arepas de maíz pilado que terminó enamorado de Roseliana y con ella concibió a Saturnino que creció y murió hundido en el espejismo de La Salineta donde solía recrear las imágenes de su fértil fantasía.

domingo, 19 de octubre de 2014

Cucho Frontado

El único que sabía de número en la Isla de Coche era Cucho Frontado.  Vivía en Valle Seco.  Era Tenedor de Libros de Chilango y sólo cobraba cuando había buena calada. Había que pronunciar siempre el apelativo para evitar se confundiera con Cucho Lindo, el padre de la maestra Crucita que andaba frecuentemente con un ramo de olivo en el sombrero para que la gente supiera que habitaba en ese sector.

miércoles, 15 de octubre de 2014

El Carite de Rafael Gonzalez


Emergió el día en que se reventaron las cuerdas de acero de su bandolín, saltaron las clavijas y el traste dio al traste con el silencio que ocultaba el canto de la divertida correría del pescador.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Con la proa altiva


Con la proa altiva sobre la mar serena que advierte la inutilidad del amarre del ancla, sin la necesidad del bauprés para alcanzar al Sol que se oculta en medio de su propio resplandor.

lunes, 28 de julio de 2014

488 años de poblada la Isla de Coche

La Isla de Coche


            El 28 de julio de 1526, conforme a Cédula despachada en Granada, España, el Rey manda a sus oidores en la audiencia de Indias en Santo Domingo, examinar la conveniencia de entregar la Isla de Coche, en calidad de encomienda, al marino y veedor de la Isla de Cubagua, Juan López de Archuleta, para que se establezca con su mujer y tenga en ella ganado, labranzas y otras granjerías.
            Por Real Cédula del 21 de junio de 1529, Hernando Carmona fue designado Alguacil mayor de la Isla.  Para la fecha se habían descubierto ricos ostrales perlíferos que atrajeron a casi todos los habitantes de Cubagua.  Desde entonces la isla fue adquiriendo relieve en la geografía económica de la provincia y estuvo durante mucho tiempo asediada por los filibusteros ingleses que la saquearon repetidas veces.  En 1811 los habitantes de la Isla de Coche estuvieron al lado de los patriotas y algunos de los buques hundidos en sus costas fueron buceados para aprovechar los cañones que Juan Bautista Arismendi y Francisco Esteban Gómez emplearon contra los españoles.
El historiador Francisco Javier Yánez habla del furor de los españoles contra la indefensa isla:  “Las goletas  “Gabazo”, “Pellejo” y la “Vengadora” mandadas por Samarro, no solo hostilizaban la isla y destruían el comercio de la Costa Firme, sino que quemaron las casas y chinchorros (de pesca) que habían en la Isla de Coche y derribaron los cocales de aquella isla.  En ella Morillo concentró en julio de 1817 todas sus tropas, corbetas, bergantines y flecheras antes de incursionar contra Margarita par ser derrotado en la Batalla de Matasiete.

            La Isla de San Pedro de Coche fue la capital del Territorio Federal Colón que comprendía todas las islas del Mar Caribe pertenecientes a Venezuela, con excepción de Margarita.  Dentro de ese status la gobernaron el Dr. Contreras Troconis, Manuel A. Medina y el general Arístides Fondeo.  Por decreto de Cipriano Castro  la Isla de Coche fue anexada en 1907 a la Isla d e Margarita Sección Oriental del Distrito Federal y finalmente junto con Cubagua y Margarita pasó a constituir el Estado Nueva Esparta.

sábado, 10 de mayo de 2014

ESTAMPA DE MI INFANCIA / Américo Fernández


Me transfiero a casi medio siglo y busco en los repliegues del tiempo la serena silueta de mi madre, la de frente alta y mirada pálida perdida en los atarde­ceres, distanciada de mi padre, aquél recortado señor deporte asiático, temblándole los parietales, parco y hermético como un pozo desolado. Qué mal lo recuerdo! Había perdido la virtud de ser amado. Juez, Maestro, Jefe civil. Cuántas cosas podía ser un bachiller de aquellos tiempos. Amigo aparente o forzado de todos los gobiernos y las guarichas se lo reprochaban en sus diversiones de año nuevo. Tenía tantos hijos como mujeres en aquella isla donde la autoridad con un dedo de instrucción constituía añagaza suficiente para el amor      correspondido. Creo que sus mujeres las escogió bien, menos a una que lo llevó a la demencia. Nunca yo, párvulo infeliz ni mis compañeros de aula logré entender aquel enredo de las cuentas siempre malas. De rodillas sobre el pavimento hasta que la oscuridad nos invadía de miedo y nos obligaba aprender aquella cartilla que nuestros mayores parecían reverenciar con estereotipado orgullo espartano. Mi padre al fin quedó extenuado por la locura y cuando murió entre libros y tinteros, sujeto con todas mis fuerzas al pie de la escalera del campanario de la iglesia, me negué a verlo. Siempre le tuve miedo a los muertos o  cosas parecidas como duendes, chiniguas, La Mano negra, La sombra,  El encapuchado. Cada falta cometida, además del castigo físico traía por las noches el reclamo amenazador de algún fantasma inventado por mi madre o por aquella tía que se decía mi abuela.
Porque abuela de verdad yo no tenía. Todos habían muerto mucho antes de que yo naciera, de manera que mi abuela era Tía Beca. La única que recuerdo. La conocí encorvada y parlanchina. Entablaba unas conversaciones de nunca acabar con todo conocido que pasara  la cerca encardonada del patio de su casa atravesada en medio del camino o por detrás del corral de la bodega de Tía Victoria. Tía Beca tenía su casa, pero no vivía en ella, por lo que siempre estaba solariega, apenas habitada por "La Rancho", una perra negra con pintas blancas realmente brava, Había mordido a
casi todo el vecindario y a cuanto muchacho se atrevió brincar la empalizada para dispararle con su gomera a las bandadas de pájaros azulejos que en su tránsito migratorio desde Costa firme  descansaban sobre las matas de yaque o de guamache.
La Abuela Beca solía contarme cuentos de balandras y bergantines que naufragaban y marinos que sobrevivan luego de luchar contra los gigantes del mar y mantenerse a flote durante muchos dices. Mi madre también solía hacerlo acurrucándome entre sus piernas mientras iba sanado los piojos y liendres que se cultivaban en mi cabeza para triturarlos luego  con las uñas de los pulgares. Era una manera de retraerse de la vieja máquina de coser de manigueta heredada de mi abuela Petra y en la que confeccionaba los vestidos de cretona y huesito de las pescadoras. Las pescadoras eran tan humildes que no podía pagar más de dos bolívares por sus costuras, por lo que mi madre debía completar la subsistencia haciendo empanadas o tostando maní que luego yo vendía por las noches en la puerta del único cine. Un cine pobretón donde pasaban las películas por parte y se formaba toda una algarabía cuando la imagen aparecía en la pantalla deformada. Gritaban a todo pulmón: "Cuadro Alipio", Alipio era el dueño del Cine y para variar solía traer ocasionalmente artistas de Circo de la que los muchachos se enamoraban y estaban hablando durante todo el año. Sensacional era para ellos los juegos de prestidigitación así como la fortaleza de aquel hombre llamado Almeidine que a mandarria se hacía partir una enorme y pesada piedra  sobre el pecho. Para hacer más interesante el momento se buscaba a "Canoncito" para que descargase la mandarria contra el circense. Canoncito era el herrero del pueblo y aunque tomaba mucho ron la gente lo admiraba por la forma como forjaba el hierro. Cuanto Tia Victoria se levantaba para abrir temprano la puerta de su bodega, el primer cliente era Canoncito pidiendo le sirvieran "la mañanita".  Más atrás venía Leandro, un loco pintoresco del pueblo, que se alimentaba a fuerza de coco y papelón. Leandro era la distracción cotidiana de los muchachos. No tenía más ropa que la que siempre llevaba puesta. Dormía en la Cueva del Piache y hacía sus necesidades en el Boquerón, detrás de la Iglesia, Allí lo sorprendía la muchachada predispuesta y él le respondía con piedras que desarrollaban una velocidad espantosa,
Después de Leandro era "Chano Paruta", el policía del pueblo que parecía no hacer más que cuidar la mata de Tamarindo de la Prefectura para que la muchachada del centro no le lanzara piedras.


lunes, 5 de mayo de 2014

LA IMAGEN DE FROILAN


La imagen de Froilán venía a mí en los momentos de escasez o cuando por la calle veía pasar sobre ruedas de biciclo un bronceado vendedor de pescado.
Entonces la imagen de aquel pescador singular llegaba con toda la fuerza de su expresión vital. Re­luciendo con el salitre de la tarde, entre redes agujas, los rasgos de una mezcla racial en lo que el negro había puesto todo su vigor de ébano. Sin embargo, Froilán carecía de labios pronunciados carnosos acaso por ello alguna vez lo llamaron culi.
Tampoco sus ojos eran desmesurados, pero en ellos parecía estar suscrita toda la latinidad de una tristeza con nexos esclavistas muy lejanos. Su mujer traslucía ascendencia hispana su apellido parecía estar conectado con el primer habitante de la isla.
No era muy alto el hombre su andar era lento parco como su palabra. Según los habitantes de aquella Isla era un "hombre con suerte" protegido desde su pectoral por una diminuta "reliquia" forrada con cuero brillante preparada por uno de los mejores ensalmadores de Costa Firme. Ella era capaz de inflar las redes del pescador repetir el milagro de Jesús cuando se fue a la mar con los primeros apóstoles.
Los "lances" de Froilán eran célebres en la Isla. Nadie parecía igualar su suerte de abarcar tantos peces con tan pocas redes. La ranchería estuvo siempre repleta de lebranches jureles, de sierras tahalíes en los aposentos el pescado reseco por la sal el sol embriagaba tanto como el salpreso que sobre el entarimado dejaba chorrear la salmuera corrosiva. Era un olor fuerte, penetrante, que vigorizaba los pulmones nos hacía elucubrar maradas de riquezas, El pescado por arroba valía mucho el dinero circulaba a profusión entre los pescadores. Había ron y cerveza en abundancia el resplandor de la cohetería iluminaba los cielos de las noches.
Pero una vez vino la desgracia. La reliquia de Froilán desapareció de su pecho nunca más los trenes volvieron a tierra con la fauna preciosa de otros días. Froilán se fue sumiendo cada día en el letargo de la superstición confuso e irredimible se sentaba al pie del faro sobre el cerro a contemplar los mares desolados. Froilán se fue acabando como una vela a llama lenta en la oscuridad inquietante de las noches de insomnio. Nadie más pensó en el su imagen se fue desvaneciendo a medida que surgían otros nuevos y prósperos pescadores. Froilán no está. Se apegó tanto a la fe de su reliquia que ya no existe sino en el recuerdo de aquel niño que saltaba entre montones de pescados bajo la enramada de la espaciosa bulliciosa ranchería para ver donde estaba el más gordo ensartarlo por la boca y luego rumbo a casa silbando  una melodiosa canción de despedida.




jueves, 24 de abril de 2014

Formación de la Isla de Coche





Desde Ciudad Bolívar el doctor J. N. Perfetti y los estudiantes Jesús Rivas y Andrés Flores, de la Escuela de Geología y Minas del Núcleo Bolívar de la UDO, viajaron a la Isla de Coche a realizar estudios petromineralógicos y micropalenteológicos y determinaron que la formación de dicha isla ocurrió  en la época del Mioceno Superior, echando así por tierra lo que dice la Cartografía geológica oficial.
            La excursión científica, muy similar a la realizada con otros estudiantes a la Gran Sabana y distintos lugares venezolanos, se realizó a mediados de 1982 y los udistas contaron entonces para su trabajo de varios días con la colaboración generosa de Froilán Lunar, a quien los cochenses conocían como “Chilango”, famoso por sus lances y grandes trenes de pesquería.
            La época del Mioceno transcurrió hace 30 millones de años, período terciario de la Cenozoica, era  en la que tuvo lugar una brusca transición de la edad de los reptiles a la edad de los mamíferos, ya que desaparecieron los grandes dinosaurios y otros reptiles que habían dominado la vida durante el mesozoico.
            La cartografía geológica oficial afirma equivocadamente que la Isla de Coche fue formada más recientemente, es decir, hace 12 millones de años, época del pleistoceno del mismo período terciario.
            Los estudiantes encontraron protozoo del orden Foraminíferos en zona que hasta entonces (1980) eran conocidas como estériles.  El estudio de la microfauna vino después a corroborar la edad del material muestra extraído en varias zonas de la isla y procesadas luego en laboratorios especializados.
            Los investigadores establecieron en la Isla de Coche dos estaciones: la primera en un punto sur occidental a 300 metros del caserío El Bichar, en un acantilado a la orilla de la playa. Allí llegaron fácilmente tomando la carretera asfaltada de San Pedro-El Bichar.
La segunda, en un punto al sur-este,  tomando la carretera que va de El Bichar a Gúinima, a 100 metros al este de El Amparo, en un acantilado a 6 metros de altura, siguiendo hasta la cota 60 por caminos de tierra..
Los tesistas udistas encontraron que el perfil de la Isla es poco pronunciado.  La costa norte-oeste de Coche presenta un largo acantilado con una altura promedio de 20 metros, formados principalmente por conglomerados polimícticos  de grano grueso, con intercalaciones menores de arena y arcilla.  Únicamente en el extremo Sur-Este, afloran rocas metamórficas  en la costa.  El terreno de esta isla presenta  pequeñas lomas redondeadas  con elevaciones cercanas a los 70 metros, cubiertas por cascajo suelto  derivado de los conglomerados mencionados;  solamente en el extremo occidental de la isla, donde se encuentran las salinas, se conocen depósitos recientes  que forman la planicie costera.
Desde el punto de vista litológico, la formación está constituida aproximadamente iguales de arcillas, areniscas y conglomerados mal escogidos.  Las arcillas cuando son frescas son de color gris o azul y meteorizan con colores abigarrados que en muchos casos le dan un aspecto moteado.  Generalmente las arcillas son arenosas y contienen guijas o guijarros de diversas rocas y cuarzos; localmente son carbonadas.  Las areniscas son de grano grueso y  fino, con un cemento arcilloso.  La roca fresca es de color gris o marrón claro, pero meteoriza con colores amarillo o  rojo.  Los conglomerados se componen predominantemente de guijarros, peñas y peñones sub angulares o sub redondeados en los que predominan las rocas ígneas y metamórficas, areniscas y cuarzos.  Tanto los conglomerados, como las areniscas, son típicamente ferruginosos.


           
           
           

martes, 15 de abril de 2014

Romance de Perucho Aguirre



CON SÁNPEDRO EN EL MAPIRE
Y DE ANGOSTURA CRONISTA
A LA VIRGEN QUE TE ASISTA
EN LA TIERRA DEL CHIGUIRE.

Te fuiste con la sequía
llevándote en tus guarales
al gran Rafael González
berbiquí de poesía.
Con su Carite por guía
olor a Carcanapire
en tu sol grande y catire
te fuiste buscando almíbar
y arribaste a Bolívar
CON SAN PEDRO EN EL MAPIRE.

Allá quedaron tus gentes
las anclas, los alcatraces
las diversiones vivaces
la luz de Vicente Fuentes.
Los corazones ardientes
de colorida revista
y te hiciste articulista
de los sin odio y ofensa
todo un Señor de la piensa
Y DE ANGOSTURA CRONISTA.

Con ribazones de Anchoas
quedó tu Isla de Coche
y titilando en la noche
sus velámenes y proas.
Adios lomas y canoas
El Orinoco en tu vista
alto espíritu de artista
por tu condición humana
si te sembraste en Guayana
 A LA VIRGEN QUE TE ASISTA.

Emprendes Licenciatura
del Periodismo sin fraude
y logras Suma Cum Laude
premio a tu inmensa cultura.
Eso lo logra el que jura
sin que conciencia le gire .
 porque todo el que se inspire
 se hace un hombre de los grandes
como AMERICO FERNADEZ
EN LA TIERRA DEL CHIGUIRE.

De su hermano querido y también en la onda del pueblo Perucho Aguirre, para Américo Fernández en Ciudad Bolívar.
Maturín 04/06/95


viernes, 11 de abril de 2014

José Jesús



Siguiendo la estela de su abuelo materno, subió la jarcia hasta el carajo y divisó un mundo nuevo imposible para su permanencia.  Retornó al punto de partida donde  la vida había que anclarla con tenacidad  más que con el engaño que alguna vez lo puso de mal humor.  Al final mejoró en el trabajo productivo que le costó la vida en una noche de viandas aromáticas mal alumbrada por los rayos de una Luna oculta entre nubes de mal presagio.

martes, 8 de abril de 2014

La Jueza de la Isla de Coche


La abogada y poeta Rogelia Acuña, Jueza que fue de la Isla de Coche, posó en varias sesiones  para el artista plástico, José Martínez Barrios, empeñado en hacerle un retrato que terminó en conflicto toda vez que el pintor se enamoró de Rogelia y la celaba de mi cada vez que le hacía el favor de llevarla en mi Auto Opel Record sedán alemán para que posara.  Martínez vivía en la calle Democracia de Ciudad Bolívar.  Era un pintor onírico, un tanto buscando a Chagal. Vivía acompañado de un gato llamado Pilín que vestía de frac y le hablaba como a cualquier ser humano.  Como Coche era una isla muy sana y sin problemas, Rogelia más era el tiempo que pasaba en su natal Ciudad Bolívar que en la preciosa isla del apóstol  San Pedro. 

sábado, 5 de abril de 2014

Aeropuerto de Coche ampliará frontera turística nacional

Aeropuerto de Coche ampliará frontera turística nacional
05 / 04 / 2014
 Con la recuperación integral del aeropuerto Andrés Salazar Marcano, reinaugurado en la isla de Coche, estado Nueva Esparta, se ampliará la frontera turística nacional, sostuvo este sábado el ministro para el Turismo, Andrés Izarra. 

Durante la cuarta reunión de la Vicepresidencia del Área Territorial, el funcionario destacó que el rehabilitado terminal se sumará a las múltiples interconexiones aéreas existentes. 

"Creemos que esta nueva oferta, sobre todo cuando podamos conectar Higuerote con La Tortuga, ayudará a incrementar las potencialidades turísticas que tiene la isla de Coche", dijo. 

Izarra consideró necesario desarrollar un Plan de Ordenamiento y Desarrollo Turístico para Coche. "Existe una gran cantidad de terreno para desarrollar hoteles, posadas o campamentos", añadió. 

Respecto a la temporada Semana Santa, sostuvo que se espera un incremento de 12% en la movilización nacional. Sin embargo, destacó que el incremento "dependerá" de las protestas. Mencionó que en el pasado asueto de carnaval esta cifra se redujo 40%. 



La Inmaculada

Cuando niña fue la Inmaculada en el cuadro vivo de la escuela de Emérita Marín y desde entonces y para siempre quedó como predestinada para servir  a su Madre hasta que muriese, a su tía hasta el fin de sus días, a su madrina hasta su último suspiro  y a su hermano hasta la ultimidad.  Ahora ella sobrevive a las penurias del tiempo.



El periplo de la muerte


San Pedro, San Nicolás y Santiago de León, conformaron el periplo de la muerte de Luis José cuando en gesto desbordado de bondad obsequió un costal de algodón a  Cloto para una almohada que alargara con holgura su sueño, pero ella sugestionada por sus otras dos hermana ancianas, se desveló y montó el algodón sobre la rueca de la vida.

lunes, 31 de marzo de 2014

Vuelos de Higuerote a la Isla de Coche

Estrenarán nueva ruta aérea desde Higuerote hasta Coche
31 / 03 / 2014
 

Estrenarán nueva ruta aérea desde Higuerote hasta Coche

El Aeropuerto Andrés Salazar Marcano, en la isla de Coche, municipio Villalba, estado Nueva Esparta, será reinaugurado este sábado 5 de abril, anunció el gobernador Carlos Mata Figueroa

domingo, 30 de marzo de 2014

Juana Evangelia


Tal día como hoy, 30 de marzo de 1.909,nace en San Pedro de Coche quien fue Doña Juana Evangelia Fernández,madre de José Jesús,Americo Jesús,Petra Antonia,Luis José y Elena Mercedes(mi madre).A 105 años de su compartir terrenal con nosotros le rendimos tributo hoy a su memoria,a su recuerdo y a sus enseñanzas de madre y abuela jodida..se marchó ligera de equipaje un 23 de agosto de 1.990..DESCANSA EN PAZ Y VIVE EN NOSOTROS..(Luis Miguel Patiño Fernández)


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Cuando cumplió ochenta años Evangelia mandó a fabricar su urna, toda con madera de cedro, forrada de terciopelo color vino tinto, de suerte que cuando falleció no hubo apremio en buscar al carpintero, tampoco por la bóveda ni  los cargadores, pues las hermanas de la Cofradía del Carmen se encargaron de conducirla en hombro hasta el Cementerio, a fuerza de cánticos alusivos al solemne momento sepulcral.

martes, 25 de marzo de 2014

Cota Bello

Clotilde devorada por el tiempo

Clotilde Bello era delgada como una aguja y dulce como sus caramelos de limón y frambuesa.  Un día, añorando a Penélope, se puso a tejer y destejer el velo de su casamiento, pero el novio perdido en lontananza se lo tragó la voracidad del tiempo y ella quedó pensativa como estatua de piedra.

lunes, 24 de marzo de 2014

Chucha o una carta sin destino






Chucha Gómez consumió su preciosa virginidad y soltería en el camarote de un Correo que navegó desde y hasta la isla por todos los mares y confines.  Paradójicamente, que recuerde, nunca hubo en la valija una carta para ella.  Sólo tarjetas de condolencia mucho después de aquella tarde que estampó el último matasello sobre la correspondencia de salida.

domingo, 23 de marzo de 2014

El Parape de Pedro Pablo



Pedro Pablo Fernández soñó con la tortuga parape una noche copiosa de estrellas que  inundaba su casa.  Si nunca la había visto y la había soñado era porque existía.  La buscó por todos los mares y la encontró sumida en una isla llamada Los Roque nadando en una selva de corales.  La tortuga vino alegremente hacia él para cambiar de vida.  Quería ser prenda de  parape deslumbrando en el cuello de las damas, en los lóbulos de sus orejas, como pulseras o presionando hermosas cabelleras como diadema.

sábado, 22 de marzo de 2014

El Perro de Marceliana


Marceliana Coello vivió con su único e inseparable compañero:  “Daramis”, un perro negro lanudo al lado del cual interpretaba por las noches en su piano “Claro de Luna”,  y  luego acostada  en el patio contaba las estrellas hasta dormirse.  Una noche  se quedó dormida para siempre.  Su perro inquieto la olisqueó de pies a cabeza antes de salir a la calle a le media noche y llorar  doloridamente como un lobo.  Después del sepelio estuvo sin comer en días.  Finalmente  abandonó la casa y fue a morir sobre la tumba de su ama.

miércoles, 19 de marzo de 2014

El Gato Negro de Juan Gil

File:Aubrey Beardsley - Edgar Poe 2.jpg
El navegante Juan Gil (Juan Casanova Gil), de la isla de San Pedro de Coche, tenía un Gato Negro en su depósito de mercancías y la gente atribuía al felino poderes mágicos que seguramente trasmitía al comerciante para que siempre tuviese buena fortuna en sus negocios. Para probar si era verdad, el travieso Abdón, hijo de Martina, se las ingenió para localizar al gato y matarlo de una certera pedrada en la frente disparada con onda. Lo cierto es que Juan Gil se vio afectado por la depresión económica de 1929, pero la gente tercamente lo atribuía a la muerte del gato negro (AF).

martes, 4 de marzo de 2014

domingo, 16 de febrero de 2014

Casarse o quedarse para vestir santo


Topicos
“Quedarse para vestir santos” era expresión común de los bolivarenses del siglo pasado para señalar a las mujeres solteronas. Mi hermana Petra Margarita es una de ellas como lo fueron en la Isla de Coche la repostera Cota Bello, la administradora del correo Chucha Gómez y la modista Tarita Lozada. Aquí en Ciudad Bolívar la educadora y poeta Anita Ramírez, la relacionista y ejecutiva bancaria Malvina Rosales, la bibliotecaria Lourdes Salazar Bossio y la organista de la catedral Teresita Ortiz.

Mujeres de buena familia, productivas, religiosas, cultas y siempre bien ataviadas, que resultaron atractivas para muchos hombres, pero que nada quisieron con ellos. No estuvieron desesperadas como otras que temerosas se miraban en su espejo.
La castidad las aprehendió desde temprana edad y con ella crecieron y conservaron como tesoro inmaculado hasta sembrarse en la tierra sin posibilidad de haber podido gotear un solo fruto.
Al llegar a la pubertad, seguramente suspiraron soñando la llegada del príncipe azul, pero nunca dieron con él. La vida muy atrás sólo permitía suspirar libremente pues era reprimida, asediada por tabúes, imposible una adolescente salir sola a la calle. Quedarse hasta tarde en reuniones y confites, constituía un riesgo que la esclavizaba a la autoridad precavida de los padres.
Los padres procuraban para sus hijas los buenos partidos, pretendientes con títulos o posiciones económicas estables, políticos bien ubicados o forasteros con virtual porvenir.
En Ciudad Bolívar los agentes viajeros, forasteros procedentes de grandes ciudades, telegrafistas y hasta exiliados políticos eran bien vistos y corrían con buena fortuna a la hora del cortejo.
Así ocurrió con la “alondra guayanesa” Concepción Acevedo cuando acogió en su corazón de adolescente al inmigrante francés Raúl Lefranc de Taylhardat, imantado por el dorado del Yuruari.
María Magdalena, hija del doctor Wenceslao Monserratte Hermoso, se dejó seducir a muy temprana edad por el gobernador gomecista Lorenzo Guevara. Lo mismo habría de acontecer con la maestra Blanca Sosa, madre del poeta Rafael Pineda, del actor Pedro J. Díaz y del ensayista Carlos Días Sosa, cuando se dejó cortejar por el telegrafista y agente viajero Zoilo Díaz,
El agente viajero Carlos Arocha tuvo el privilegio de casarse (por poder) con Mercedita Carvajal (Lucila Palacios), la que después resultó novelista galardonada, poeta, dramaturga, senadora y primera mujer embajadora de Venezuela.
A Luz Machado, premio nacional de Literatura, la rescató de la soltería cuando tenía quince años, el poeta y político guanareño Coromoto Arnao Hernández a quien conoció cuando tenía la ciudad por cárcel después del alzamiento del general Gabaldón en 1929. “El sol, hermana Luz -y no te asombres- te dejó claridad hasta en el nombre y fuego suyo en las pupilas”.
Si el gobernador Ovidio Pérez Ágreda no hubiera estado casado, la joven maestra Anita Ramírez lo hubiera atrapado y jamás se habría quedado para vestir a la patrona Nuestra Señora de las Nieves.
Malvina Rosales buscó su príncipe azul haciendo un tour por Europa conduciendo su propio automóvil, pero murió frustrada al igual que Lourdes Salazar, leyendo al príncipe de las mujeres, Lord Byron, poeta maldito de Inglaterra que se sublimó abrazando la lucha por la independencia de Grecia a bordo de un vapor que bautizó con el nombre de Simón Bolívar.
Teresita Ortiz, cantora y organista de la catedral, dicen sus cofrades que toda la vida se la pasó rezándole a San Antonio y rogándole a la Virgen de las Nieves para que se repitiese en Ciudad Bolívar el milagro que en Roma favoreció a Licina Ignavia al repararle no sólo al noble Juan Patricio sino anular su esterilidad con un hermoso heredero de su ingente fortun